viernes, 30 de septiembre de 2016

Primera regeneración del alma - Poema de Maldo

(La figura aparece crucificada en la luz de la
eternidad) Observo al Leviatán, con su cuerpo de
acero fundido y ojos incinerados, que devora mi alma.
Al agitar sus montañas en las corrientes de aire,
el negro cielo tiembla discontinuo hasta procrear
líneas de fuego, quebradas de humo que se chocan en
los peñascos. Del mar invisible surgen falanges de
bestias primitivas que recorren las calles atómicas.
Los pasos de la luna pastan en la semiótica de la
noche. Los tronos erigidos con fríos patíbulos,
con cámaras mortuorias, con máquinas que procesan
la atrocidad, hunden sus raíces en el corazón de
la nada. Oigo clamar la perra llamada Roma. En su
interior, pululan los cerdos de siete cabezas, las
sanguijuelas de generaciones Papales chupando el
caldo envenenado de las efigies. ¡Oh Roma! Todos
tus miembros se robustecen con las arterias de la
peste Bubónica que emana de mí, es decir, que emana
de todos. La escatología rigurosa presenta a Dios
como una garrapata amorfa y peluda del lenguaje.
La resurrección de guerras que trituran la vieja
Europa, con sus tentáculos idealistas y sus fauces
cosidas con fronteras, alcanzan a América en otrora.
Uno de los más grandes carniceros nació de la perra:
el Papa Urbano II. Su bendición acrecienta la sed
de las espadas que brillan en las gargantas…
(Hace una pausa para contemplar una sucesión de
seres iguales a él, que se multiplican en el éter.
Sus manos tiemblan y su cuerpo desnudo trata de
conservar una posición menos dolorosa. El dolor
lo anega en las tiniebla celestes. Como el hígado
de Prometeo, su alma devorada por el Leviatán se
regenera al día siguiente)

jueves, 29 de septiembre de 2016

Poema Sin título de Pedro Absconditus

Moríamos con la noche
entre el gélido abrazo del invierno,
quien tiritaba era el bosque
nosotros, agitados,
como la feroz corriente
del torrencial aguacero
que bajaba gota a gota
por nuestros cuerpos
no dejábamos plantearnos
la excusa del mañana
nos fugamos del instante
para ser con dios
esa pompa de jabón
perdida para siempre
con la brisa de la tarde.
Moríamos con la noche
faz oscura, señera y
moribunda del ocaso
la sed misericorde
el hambre tumultosa
la mar pudriéndose
en los cielos, la sangre
huyendo de los poros,
la misa oscura uva
celebraba, era Baco
encarnando en un insigne
monje que campana
tras campana anuncia
orgiásticos festines
era el día de la gracia
reventando ajís, manís
chocolatosos pezones
efervesciendo de miasma
y urgidas vulvas queriendo
ser helados y labios
sabios escupiéndose
hasta nunca más
morirse.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Beso Negro - Poema de Diego Despreciado

           A Maldo
Penetrar la noche,
esa colmena que destila
polvo de estrellas
entre los astros gemelos.
(Vía Láctea persiguiendo
el nido de la Osa Mayor)
Levitar en el cinturón saturnino.
No conformarse.
Y coronar la noche tuerta
con un beso en el crepúsculo.

martes, 27 de septiembre de 2016

Vanidad - Poema de Oscar Botero Pérez



Desvanecido el vaso de las falsas ilusiones
la vanidad, despojada en el hastío,
decanta postrera gota iluminada.
La magia de los milagros inocuos destilados
nos redime del caos absurdo
y las ambiciones en cuyo engaño
sucumbe la malicia y el esfuerzo.
Conminados a la nada de la vida
recogemos la mirada justa
en el momento crucial
-equilibrio perfecto-