- Hablabas mucho y yo no entendía
no parecía necesario, yo no esperaba nada.
- Proceso lento todo,
- tu mente en cambio es ágil.
- Yo lo sabía, era un rato y no más
- pero vos lo tenías más claro.
- Sabías que tenías que decirlo todo,
- ninguna palabra, ninguna pregunta,
- habría de quedarse guardada
- porque no existía un después.
- Ahora tus palabras se repiten en mí
- “como el eco del eco de un sentimiento”.
- Y todas las palabras que no dije
- porque pienso lento… y las que nacieron después,
- las que responden tus preguntas…
- todas ellas se lanzan sobre papel,
- no tiene eco el papel si no es leído,
- no llegan a tus ojos y oídos,
- tal vez nunca las conocerás.
- Mis palabras tardías reverberan dentro mío,
- se suicidan en cuadernos,
- vagan mudas entre seres distantes,
- ciegas, incapaces de hallarte.
- Mis palabras se encuentran
- con el eco de las tuyas
- y han sido ellas las que han comprendido
- finalmente, por qué hablabas tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario