Cuando regresó, el tibio beso que era el día
estaba ausente
se quedó contemplando los días idos,
las horas, los minutos en los que se perdieron con demencia
No encontró nada que le supiera fresco
se quedó contemplando los días idos
todo era turbio y parecía desvanecerse
…como un beso cuando acaba
Cuando volvió
no era como antes
que encontraba las palabras cálidas
los aires tibios y el sol sonriente
Incontrolable, solitario encontró la luna solitaria
y los atardeceres opacados por un domingo que se perdía para siempre
Cuando volvió, su ausencia había consumido el recuerdo
había consumido la luz de los encuentros
había pervertido la nostalgia
dejando una herencia de músicas sin eco.
Y volvió con los ojos abiertos
conteniendo el cielo en ellos
pero vacío o lleno de silencios imposibles
recordó un escalofrío nuevo
cuyo temblor parecía el fin del mundo.
Cayó hondo y sucumbió de memoria como sabía hacerlo
tanto cay, que se perdió como si conociera ese camino desde siempre.
En ese instante se dio cuenta
que llegar era empezar a decir adiós.
Había llegado el fin.
Acompañado por el silencio…
solo sucumbió.
solo.
Otra vez apelando al cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario