La muerte sólo es real hasta que alguien nos dice: ha muerto H.
Antes de eso, no más que una palabra, lisa y llana.
Ya habías muerto cuando lo supe,
pero sólo al escuchar la voz amiga
que me hacía partícipe de tu muerte
fue tu muerte real.
La muerte es eso que otros nos cuentan
que le ha pasado a otros.
Te ha pasado la muerte amigo.
Quizá hoy, que no es jueves, si yo nada supiera de tu muerte,
te recordaría adusto vivaz feroz, vivo.
Si nada supiera de tu muerte
imaginaría que lees un libro
que abres como yo, otra botella de vino
que preparas solo y nostálgico una cena sin amigos.
Si nada supiera de tu muerte; estarías vivo.
Temprano ha llegado tu muerte a coronar mi sueño.
Me duermo a la orilla de tu muerte.
Despierto luego y, has muerto.
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