lunes, 3 de octubre de 2016

Te - Poema de Sandra Milena Marulanda Bohórquez

Ciego.
Ciego y sin vida te quedas, mi cielo.
Ciego y sin vida te espero.
Y te espero.
¿Te espero?
Si, ¡te espero!
¿Bajo la tierra?
Te espero.
¿Bajo la silueta que pare aletargadas las sombras?
Te espero
indolente,
caída,
paciente.
Pero te espero,
fuego septembrino de costras.
Te espero,
oculta entre las rocas dormidas que lanzaron las horas.
¡Si, te espero!
Con el suelo rodando entre mis dedos hirsutos.
Con el beso asido en el borde crudo del viejo minuto.
Y con el "adios",
con ese "adios, te quiero mucho" dulce y eclipsado,
palpitante,
inherente, y casi verde,
que se prende incierto y doloroso de esaráfaga muda,
interna,
absurda
y complaciente que queda entre los dos cuando nos vamos,
entre un rostro (el tuyo)
y la risa (que incierto, la mia),
añorando morirse,
añorando ser cero,
ser nada,
ser boca abierta al cielo
y la tierra,
ser el arco egeo,

la circunferencia
en pleno.

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