Estoy en el borde
de la piedra.
Y viene por detrás mi deseo incauto
de saltar.
¡Salta!
...al abismo del hablar.
¡Salta, negra!
¡Que las ganas resorten todas...
tus piernas!
Que de tu tibio adentro
se deslicen las palabras-viento
para él.
No importa que el vacío te abrace
por la espalda,
o que una risa eterna se te incruste
en la mirada.
Corre el riesgo, negra,
de cometer(te).
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