martes, 30 de agosto de 2016

LUZ ELENA BEDOYA

A MI CUERPO  
Mis manos son las mismas de ayer,
pero hoy no las reconozco,
por más que lo intente.
 Ahora son manos nuevas en un hoy incierto.
Miro mi cuerpo desnudo y me da la sensación
que no es mi cuerpo,
Mis ojos ven un completo extraño,
que ha caminado con migo
por toda una vida, callado
 y sin protestar, regalándome
 sus más placenteras emociones
 y rebosante de una inmensa salud,
 solo puedo decir en medio de la luz tenue:

-gracias cuerpo mío, o más bien, alquilado para esta existencia-.

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